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ARTE EN PRISION
El arte hace libre a un hombre que cumple cadena perpetua en Michigan Isabel Conde Washington (EFE).
Mientras se enfrenta a una cadena perpetua, el tejano Martín Vargas, que lleva 35 años en la cárcel, confiesa que "su amor por el arte le hace sentir libre" y que entre rejas, "disfruta de libertades que no podría tener en la calle". "Cuando pinto siento una paz que no puedo describir" confesó el preso en una entrevista exclusiva con Efe. Llegar hasta él en la cárcel de Alta Seguridad de Michigan fue posible gracias a la Universidad de Michigan, que colabora con un proyecto para exponer en estos días obras de artistas en prisión. Vargas estaba esperando la llamada de Efe, concertada previamente con la cárcel. Tardó poco en ponerse al teléfono. Si voz sonaba profunda y tranquila. "Mi arte me permite entrar en un lugar al que la gente de fuera, siempre con prisas y distracciones, no puede llegar", explicó Vargas.
Una vida tras los barrotes puede cambiar la vida a cualquiera, así que no es de extrañar que la vocación artística de este preso surgiera mientras cumplía su condena a cadena perpetua, con posibilidad de libertad condicional, tras haber cometido una violación cuando tenía 17 años. El no habla de su delito. Se considera totalmente rehabilitado. "Al entrar en la cárcel me di cuenta de que era capaz de hacer cosas que otros no eran capaces de hacer, así que utilicé mi habilidad artística como moneda de cambio para conseguir tabaco, café y demás cosas cotidianas", dijo Vargas.
El texano explicó que hacía dibujos para amigos y familiares de sus compañeros de prisión y que también los incluía en las cartas que enviaba a su novia, Bárbara Levin, a la que conoció en 1975, cuando llevaba tres años en la cárcel. Levin, que es su esposa desde 1994, le animó a que explotara su parte artística de una manera más exhaustiva y dos años depués, Vargas fue instruido en prisión por el profesor Herschell Turner, que fue toda una influencia para el preso. "Me enseñó a utilizar la luz y la ocuridad, me instruyó en la técnica del pastel que nunca antes había utilizado, pero sobre todo me proporcionó la confianza en mí mismo necesaria para tratar diferentes temáticas", explicó Vargas.
El estilo del artista, que se confiesa influido por pintores como Botero, Diego Rivera o Degas, comenzó siendo muy realista y detallado, pero ahora parece evolucionar hacia otro "más personal", según el propio Vargas. "Me gusta más pintar lo que siento que lo que veo, porque en la expresión de los sentimientos demuestras capacidad artística y no sólo técnica", aseveró el artista. Sus sentimientos ante la espera de la revisión de su sentencia, que tenía que haber sido revisada hace cerca de 20 años, le han llevado a la culminación de obras que cada año, desde hace 12, presenta en la Exhibición de Arte de los Convictos de Michigan. "Vargas es uno de de los mejores artistas con los que contamos, su trabajo es honesto y habla sobre su experiencia propia y la humana en general, se nota que tiene visión de artista", dijo de Vargas Alexander Buzz, comisario de la exposición. "Si estuviera fuera de la prisión, podría dedicarse al arte como profesional sin ningún problema, realmente es un pintor de calidad", añadió Buzz, que además es fundador del Proyecto de Artes Creativas en Prisión (PCAP).
La 12 edición de la Exhibición de Arte de los Convictos de Michigan se organiza cada año con el PCAP y la Universidad de Michigan y cuenta con las obras de más de 220 hombres y mujeres que cumplen condena en las prisiones de Michigan. "Se trata de un puente entre las personas que están dentro de la prisión y las que están fuera para así acabar con los estereotipos que rodean a los convictos", explicó Buzz. Para Vargas la exposición es "una oportunidad en todos los sentidos que me pone en contacto con el mundo exterior y tras la cual he recibido incluso varios encargos". Su sueño como pintor "es que nunca me abandone la pasión por el arte, no por el mío, sino el arte en general que me ha enseñado a darme cuenta que hasta en la peor de las situaciones la vida está llena de belleza", explicó Vargas. "El arte para mí es como un viento, que lleva de un lado a otro, a donde quiere llevarme, el viento me lleva", añadió el artista que aseguró que cree que no hubiera desarrollado su lado artístico de no haber sido condenado. "Si hay algo que debo agradecer a mi tiempo en prisión es mi amor por el arte porque fuera hay muchas distracciones, el mundo fuera es demasiado caótico para mi sentido artístico", aseguró Vargas. Como ser humano, sin embargo, el sueño de este artista entre rejas es la libertad.
No existe condena en el mundo que acabe con la esperanza de Vargas que, a pesar de tener la posibilidad de libertad condicional, aún no ha visto esa posibilidad realizada. "Las condenas se revisan cada cinco años, por su delito tenía que haber pasado cerca de 15 años en la cárcel y luego optar a la libertad condicional, pero todavía no hemos conseguido nada", dijo Levin que, además de su esposa, es abogada. Ambos mantienen la esperanza de que el año que viene la condena de Vargas sea revisada para darles de la oportunidad de vivir juntos por primera vez desde que se casaron y al mismo tiempo, demostrar a todo el mundo que la rehabilitación es posible. EFE
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